Eso que ven volando es un dragón, les explicó don Justino a la Carlota y al Toronjil para luego agregar que lo que llevaba en sus garras era una princesa cautiva. Y cuando el Toronjil dijo que nunca los habían visto por allí, el juez preguntó si ...
Así llegaron Neonadio y Toronjil a casa de Carlota Méndez, para sorprenderse al ver allí al juez Pistoccio y al escritor de luengas barbas, don Justino Júmere. Carlota trató de explicar que los estaban esperando desde hacía como una hora, pero se ...
Toronjil desenterró la bolsa con monedas que Neonadio le dijera que eran víboras, y con ella al hombro siguió su camino rumbo a la casa de Carlota Méndez, pero no anduvo mucho hasta que una viejita le ofreció naranjas, Toronjil no dudó que eran el ...
Justino Júmere Jumez les contaba al juez Pistoccio y a Neonadio estas bellas historias del Toronjil, y mientras se servía una nueva taza de té humeante de la tetera de porcelana del magistrado, continuó diciendo, con su tonada castiza al tiempo que se ...
Toronjil sabía, por boca de esos hombres con que se había topado, que uno era el espíritu y el otro el cuerpo de la misma persona, y creyó que semejante destreza podía ser un gran atractivo circense. Pensó en una rutina sencilla y efectiva: venía ...
Por precaución, que quien sabe qué demonio puede uno toparse en la puna, Toronjil anduvo más despacio para que el desconocido se perdiera delante suyo, pero al perderse apareció a sus espaldas para tocarle el hombro y decirle que muy a pesar de su ...