Unos 25 kilómetros de los ríos San Xil, Valborraz y Casaio —afluentes del Sil— han sido secados y contaminados con metales pesados hasta fulminar cualquier forma de vida. Y las empresas mineras que arrasan desde hace medio siglo 30 kilómetros ...
El agua se ha esfumado en tres kilómetros del Valborrás, en dos del San Xil y en medio más del Casaio. No queda ni gota en varios tramos de estos ríos que hace medio siglo surcaban valles salpicados de robles hasta desembocar en el Sil, 19 kilómetros ...